Un problema bastante común entre las personas adultas es la perdida de una o varias piezas dentales. Y este problema no solo afecta a la persona a nivel estético, sino que también afecta gravemente la funcionalidad de la dentadura. Las consecuencias que tiene la falta de dientes son más severas de lo que se cree.
Aunque sea una muela la pieza faltante, y aparentemente no se vea afectada tu mordida, el resto de la dentadura puede llegar a sufrir por la pérdida ósea, el desgaste y la maloclusión, entre otras consecuencias sobre tu salud bucal que te explicaremos a continuación.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de piezas dentales?
Son diversas las circunstancias que causan la caída de los dientes. Algunas de ellas se relacionan con la higiene y salud bucal, pero, en otros casos, se deben a un traumatismo.
La mala higiene bucodental da lugar a la aparición de caries. Estas, cuando alcanzan cierto grado de gravedad, pueden destruir los tejidos, provocando la pérdida de la pieza dental a la que ha afectado. Por ello, es necesario mantener las rutinas adecuadas de limpieza y hacer un blanqueamiento dental cada cierto tiempo.
Las enfermedades periodontales también pueden terminar con la pérdida de algún diente. La gingivitis y la periodontitis en casos extremos, hacen que se pierda la fijación y el agarre del diente, ya que la encía se deteriora en gran manera.
Se recomienda como medida de prevención para tener encías sanas y una buena salud bucal, además de tomar las correctas medidas de higiene dental, visitar al dentista por lo menos una vez al año y realizarse una profilaxis dental profesional cada 10 meses.
Otra causa de la pérdida de dientes es la agenesia dental. Se produce a causa de un desarrollo anormal o de la falta de erupción de algún diente. Esta patología igualmente afecta la funcionalidad de la dentadura.
En algunos casos, el dentista no puede salvar el diente y es necesario la extracción del mismo. Por ejemplo, al presentarse una infección muy avanzada en una muela, al punto en el que la obturación o la endodoncia no son suficientes, el especialista deberá optar por una extracción.
Así se procede para que la infección no termine por dañar otros dientes, causando también la pérdida de estos. Esto se puede evitar detectando tempranamente la afección oral. Sin embargo, no son las infecciones las únicas causantes de una extracción. También puede ser recomendable cuando el paciente sufre un apiñamiento severo.
Es bastante común que el especialista recomiende la extracción de algún molar, regularmente las muelas del juicio. De este modo el resto de la dentadura se acomoda hasta alcanzar una posición óptima, con el propósito de mejorar la alineación y por ende la oclusión con un tratamiento de endodoncia.
La última causa de pérdidas dentales son los traumatismos. Aunque los dientes son piezas duras y resistentes, cualquier persona puede perder por completo uno cuando recibe un fuerte impacto en la boca. En estos casos puede haber consecuencias que no se detectan a simple vista.
Pues, aunque no se tenga una fractura total o parcial evidente, internamente la estructura puede verse comprometida al afectar el nervio. Cuando así sucede, el diente comienza a tomar un tono amarillo, ya que pasa al estado de calcificación.
De igual modo, la pérdida parcial de una o más piezas dentales pueden ser causadas por la mala alimentación, el consumo de alcohol o de cigarro.
Descubre qué consecuencias tiene la falta de dientes
Al perder una o más piezas dentales, el equilibrio en la estructura bucodental se pierde, generando una serie de problemas que, a largo plazo, terminarán por afectar gravemente la salud oral. Entre las consecuencias más comunes de la falta de dientes encontramos:
- Pérdida del hueso mandibular. Puesto que el hueso de los maxilares evoluciona contantemente, aun cuando somos adultos, al faltar una pieza dental, este termina por perder masa ósea y se retrae. Se puede evitar el desgaste del hueso y su final reabsorción al colocar piezas dentales de carga inmediata.
- Desplazamiento dental. Cuando hay huecos en las encías, los dientes tienden a desplazarse y llegan a ocupar posiciones que no les corresponden. Las piezas adyacentes al hueco tienden a provocar maloclusión o apiñamiento. En estos casos es necesario devolver los dientes a su posición original a fin de generar el espacio necesario para colocar un implante en sustitución. Esto es posible a través de un tratamiento de ortodoncia. Incluso, es posible colocar implantes dentales con poco hueso, por lo que siempre es posible recuperar la sonrisa.
- Maloclusión. Si las arcadas dentarias no coinciden, comienzan a surgir dificultades para masticar. Las comidas se vuelven incómodas porque no se pueden triturar los alimentos con normalidad, lo que acarrea como consecuencia una mala digestión. Sin contar que, al cambiar la disposición de los dientes, se producen problemas de oclusión, y tras ellos vienen los dolores de mandíbula, el desgaste excesivo y el encaje irregular entre los dientes superiores e inferiores.
- Mayor frecuencia en las enfermedades periodontales y en la aparición de caries. Al estar una superficie vacía en la dentadura, allí se acumulan las bacterias y estas provocan enfermedades como la periodontitis y la gingivitis. Los dientes adyacentes a la pieza faltante quedan más expuestos a las caries. Asimismo, las mucosas de la zona afectada se vuelven más sensibles ante el contacto con la comida y los golpes, por lo que es bastante común que se produzcan llagas con más facilidad.
- Baja autoestima. La sonrisa cambia por completo al perder un diente. Las personas comienzan a lucir un aspecto envejecido y descuidado. Esto repercute a su vez en la salud mental. Puesto que, al sonreír socializamos, mostramos confianza, alegría y seguridad. Al no poder mostrar la sonrisa, comienzan a surgir inseguridades que dificultan la interacción. Se puede incluso llegar a sufrir estrés y ansiedad al estar expuesto a la tensión de no querer mostrar la dentadura.
En conclusión, la pérdida de un diente afecta en diversas maneras a una persona, por lo que es necesario acudir con los especialistas para aplicar un tratamiento correctivo o subsanar cuanto antes la pérdida. Las soluciones más usuales al faltar una pieza son los puentes, los implantes dentales o las dentaduras removibles.
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