Entre las lesiones más usuales encontramos los dientes astillados. También se conocen como dientes desportillados. Y, aunque en la mayoría de los casos no produce un dolor significativo, son mucho más que una simple lesión y no afecta solamente la estética de tu sonrisa.
De hecho, algunos dientes astillados pueden convertirse en un verdadero problema para tu salud bucodental una vez que el esmalte se lesiona. Sigue leyendo y descubre por qué se astillan los dientes y qué hacer cuando se tienen los dientes astillados.
¿Qué puede astillar un diente?
La principal causa por la que se astillan los dientes es el haber sufrido un traumatismo en la boca, ya sea por caídas o por impactos producto de alguna práctica deportiva. Pero también existen otras causas, ya que un diente puede fracturarse por accidente y de muchas formas, por ejemplo, cuando masticamos caramelos, frutos secos, hielo o cualquier otra comida muy dura.
De igual modo, utilizar los dientes como herramientas puede terminar por astillarlos. Las caries sin tratar también son otro factor de riesgo, puesto que las bacterias tienen la capacidad de destruir el esmalte, y, cuando así sucede, lo más común es que el diente termine por astillarse.
Así también, cuando se trata una caries, pero se realiza un empaste demasiado grande, se puede provocar que el diente se debilite. Otra causa no menos frecuente es el rechinar los dientes mientras se duerme. Padecer bruxismo por estrés tiene las mismas consecuencias.
Ciertos hábitos alimenticios como el beber zumos de fruta muy ácidos, café en exceso o comer alimentos muy picantes puede llegar a debilitar la superficie del diente expuesta, y con ella el esmalte. La bulimia y el consumo excesivo de alcohol al provocar vómitos frecuentes, hacen subir los ácidos gástricos que terminan por dañar el esmalte.
Por último, con los años se desgasta el esmalte, por lo que el riesgo de tener un esmalte bastante débil, se ve incrementado a partir de los 50 años.
¿Es lo mismo un diente astillado que un diente roto?
Una rotura o fractura parcial de un diente se confunde mucho con una pieza dental astillada. La principal diferencia entre un diente roto y uno astillado es que el primero se caracteriza por tener una parte rota, mientras que el astillado se identifica por las pequeñas fisuras en la corona. Sin embargo, cuando un diente astillado no es tratado, puede terminar por romperse.
Por esta razón, es necesario aprender a detectar si tenemos un diente astillado lo más rápido posible. La manera más sencilla de discernir si se trata de una pieza astillada o fracturada es pasando la lengua por la superficie dental.
Si al hacerlo notas ciertas rugosidades, o puedes apreciar pequeñas líneas en el esmalte, incluso si sientes dolor al comer o que la sensibilidad dental se ha incrementado, lo mejor será que acudas al dentista cuanto antes.
Puedes observar también una irritación alrededor del diente astillado o en la lengua debido al roce con el borde áspero e irregular del diente.
¿Qué pasa si no me trato un diente astillado?
Aunque ciertamente los dientes astillados no son un problema de máxima gravedad, si es necesario tratarlos rápidamente, ya que a la larga pueden traer ciertas complicaciones.
Un diente astillado aumenta las posibilidades de que aparezcan las caries. Si se sufre de bruxismo el diente estará en grave peligro, pues el apretar la mandíbula cada noche agravará la debilidad de este.
En algunos caso, la lesión puede llegar a ser tan extensa que comienza a afectar la raíz del diente y producir una infección. Puedes detectar una infección cuando presentas fiebre, dolor al comer, mal aliento o sabor amargo en la boca, inflamación en las glándulas de la mandíbula o el cuello y sensibilidad extrema al frío y al calor.
Es por ello que, aunque no se considere una emergencia, al recibir el tratamiento adecuado, se previene cualquier problema dental. Además, la recuperación del procedimiento es rápida generalmente.
¿Cómo se puede arreglar un diente astillado?
Para poder reparar de manera definitiva los dientes astillados, es necesario que un especialista haga una evaluación pertinente. Primero será necesario un diagnóstico visual que vendrá acompañado de preguntas sobre la eventualidad que ha causado la lesión.
Puesto que existen diferentes tratamientos, la evaluación es parte importante del proceso para que se aplique un tratamiento personalizado.
Si bien el esmalte no se regenera, toda lesión en él, sin importar la gravedad, puede ser tratada. Regularmente, se alisa y se pule el diente, pero, cuando el daño es mayor, se recomienda una de las siguientes soluciones:
Bonding o adhesivo dental. Esta técnica consiste en reconstruir la parte afectada con composite, una resina que imita perfectamente el tono real de un diente y es fácilmente manipulable.
Coronas dentales. También conocidas como carillas de porcelana. Estas permiten hacer modificaciones pequeñas con respecto al color, posición y tamaño del diente. Además, protegen el diente sobre el que se coloca, aportando la resistencia que había perdido el esmalte.
De igual modo, se recomienda la colocación de coronas o fundas dentales cuando el diente está demasiado desgastado.
Incrustación. Otra manera de reparar el diente astillado es restaurando la pieza cuando esta ha perdido gran parte de su estructura debido a las fisuras. Este tipo de tratamiento se realiza en molares la mayoría de las cosas, ya que son las piezas dentales que mayor desgaste sufren, puesto que llevan sobre sí toda la carga masticatoria y de oclusión.
Las incrustaciones, también conocidas como onlays dentales, son piezas dentales inmediatas que ofrecen una gran durabilidad. Se puede disfrutar de sus funciones por décadas, siempre y cuando no se ingieran alimentos que generen desgaste en la incrustación.
Si tienes un diente astillado, ponte en contacto con Clínica Dental Palomero cuanto antes y recupera la estética y funcionalidad de tu sonrisa.
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